Si hay algo que tienen en común los perfumes frescos de mujer, aunque también los masculinos, son sus aromas con notas verdes y cítricas, ofreciendo una sensación a limpieza inspirada en la naturaleza.

Por ello decimos, que las fragancias frescas están ligadas a los olores de la naturaleza, sin mayores aditivos. En la mayoría de los casos son perfumes que destacan por su simpleza, en el aspecto positivo de la palabra. Y aunque hoy en día la perfumería cuenta con fragancias muy sofisticadas, que aún hay diferentes olores, los perfumes frescos siguen conservando ese halo de inocencia y naturaleza.

Vibrantes y limpios, los perfumes que entran en esta categoría a menudo contienen notas de hierba, hojas trituradas y frutas cítricas. Recordando el aire libre, los aromas frescos tienden a adaptarse a las mujeres con estilos de vida activos que desean un perfume que no los domine. Los perfumes frescos de mujer son fragancias ligeras, pero su estela y duración pueden ser bastante altas.

Este tipo de perfumes son ideales para los días cálidos. Primavera y verano suelen ser las estaciones perfectas para probar con estas fragancias, aunque no son excluyentes, también son una excelente opción en días de otoño e invierno. La elección del perfume siempre ha de seguir criterios subjetivos, y pensar más sobre lo que se quiere transmitir, la personalidad y que el olor sea de nuestro agrado; antes de acondicionar nuestra fragancia a la época del año.

En cuanto al momento del día ideal, podríamos decir que lo mejor es utilizarlos nuevamente de día. Y el motivo de esto es que es un perfume que acompaña, pero no invade, siendo la opción adecuada para trabajos de interior, o llevarlo en una tarde de verano en vacaciones.

¿Qué son los perfumes frescos?

Los aromas que componen los perfumes frescos para mujer como la menta, pera y frutas cítricas ayudan a disminuir el estrés y evocan agradables sensaciones de limpieza, por eso pueden ser tan refrescantes cuando las utilizas.

 

 

¿Cómo se consigue recrear ese olor a mar?

Estamos ante perfumes con un olor fresco, acuático y limpio. Está claro que el agua no huele. ¿Cómo se consigue? La respuesta es sencilla, se incluyen notas olfativas inequívocamente frescas, como puede ser el aroma a agua de mar o flores y plantas acuáticas como el loto, el nenúfar o las algas. De hecho, es muy habitual que se utilicen sustancias sintéticas como el calone (que se asemejan a las feromonas producidas por algunas algas) para recrear aromas marinos.

Ese punto de frescor se puede buscar también fuera del mar, con notas cítricas, pepino, coco, lirio de agua, lluvia o té verde. De hecho, los cítricos son los grandes aliados de los perfumes acuáticos.

¿Cómo reconocer un perfume acuático?

Sus notas de salida y de corazón (es decir, lo primero que se percibe) son muy frescas y ligeras, evocando ese olor a brisa, aunque sus notas de fondo (las que verdaderamente permanecen) pueden variar enormemente.

Por lo general, este tipo de perfumes suelen gustar a todo el mundo, al no ser especialmente invasivos.

¿Cuándo usarlo?

Es cuestión de gustos, dependerá del resto de notas que acompañen al perfume. Realmente puedes utilizarlos siempre que quieras, aunque los más puristas dirían que se trata de perfumes óptimos para el verano y los días (y no las noches).